XLI

El west highland terrier estaba detrás del escaparate. Se acercó para verlo de cerca. Quizá no fue muy buena idea, porque al verlo el perro empezó a ladrar y corrió adentro de la tienda para avisar de la presencia de un intruso. Parecía un comportamiento lógico de defensa del territorio. Cuando ya iba a marcharse, una chica se acercó a la puerta con el fiel compañero. Resulta que cuando veía a alguien se ponía muy nervioso porque quería salir a saludarlo, así que entraba para ir a buscarla para que le dejara salir. Salió contento moviendo la cola a recibir al invitado desconocido; los cumplidos y las muestras de afecto fueron mutuos. No siempre es apropiado sacar conclusiones precipitadas.