XXXI

Una pareja de gatos reposan en un lugar de descanso elevado, colocados en diagonal, frente a frente, y alargan sus patas delanteras en el vacío, como si se buscaran en sueños. La imagen recuerda de forma inevitable al fresco de La Creación de la Capilla sixtina. Dios es felino y tiene bigotes. No es probable que nos vigile desde las alturas sobre una nube, en cambio husmea el aire para recabar información en lo alto de una rama.